viernes, febrero 29, 2008

575. una experiencia gótica

Cierta vez en 1997 un gran amigo y poeta pasó a buscarme a mi oficina, en la fábrica de ataúdes de la cual era gerente. Mi escritorio no tenía nada de extraordinario, pero los estantes donde guardaba las facturas, las guías telefónicas y los documentos de la empresa, eran ataúdes sin tapa. Y luego todo el resto del lugar estaba repleto de ataúdes apilados.

Apagué las luces para que mi amigo tuviera una experiencia gótica. Se puso tan pálido que brillaba en la oscuridad. “No puedes hacerme esto Malayo” me dijo. Y encendí la luz.

jueves, febrero 28, 2008

574. sapo quemado



Escambray (uno de los lugares menos accesibles de la geografía cubana)/febrero de 2006

miércoles, febrero 27, 2008

573. devorador de papas fritas

Por aquellos días vivía solo en mi depto de Alamar. Mi hermano el rata había conseguido trabajo en el agro mercado. Era un puesto apetecido porque te permitía hacer mucho dinero en poco tiempo alterando la pesa, robando verduras y vendiéndolas en el mercado negro. Una vez por semana iba a verlo al agro, él empezaba a alegar que recién había pasado por ahí no sé cuál amigo y lo había dejado sin yuca (es otro tubérculo, muy bueno), que no sé quién se había llevado 3 kilos de malangas, que lo íbamos a poner en problemas. Metiéndome la mano al bolsillo hacía el ademán de pagar; el rata empezaba su discurso de “deja eso mi socio, no es necesario, no te preocupes”. Entonces sacaba la mano del bolsillo, le dejaba una moneda de un centavo y me iba con las bolsas llenas. En ese momento el rata me sacaba la madre y juraba que era la última vez que me lo permitía. Pero la escena se repetía semana tras semana.

Nunca comí tanta papa como entonces. Sacos. Cada vez me hacía una olla entera de papas fritas, siempre me quedaban bien. Me emborrachaba día por medio, con escándalo; tenía una buena chica que me cuidaba y se encargaba de que amaneciera en mi cama cuando perdía la conciencia. Mi única preocupación era la fecha de mi vuelo a Chile que se acercaba inexorablemente. También había un paco obsesionado conmigo que era un verdadero adelantado del ranking de los hijos de puta; parecía salido de una película de los hermanos Cohen. Llegó al extremo de tomar de rehén a mi novia la noche previa a mi partida. Creo que las papas fritas son una de las pocas cosas que sé cocinar, aunque tiempo después traté de hacer y me quedaron blandas.

martes, febrero 26, 2008

572. el año mundial de la papa

Debido a la importancia de la papa en la dieta de la población mundial, y buscando centrar la atención del mundo en el papel que puede desempeñar este tubérculo para proporcionar seguridad alimenticia y aliviar la pobreza, la Asamblea General de la ONU declaró a 2008 el Año Internacional de la Papa. Este año por lo tanto, se prevén conferencias y exposiciones en todo el mundo para hablar de las bondades e importancia de este, el cuarto alimento más consumido por las personas.

Cuatro recomendaciones para el año de la papa:


  • La cáscara contiene valiosos nutrientes, por lo que es preferible no pelarla.
  • Es mejor guardarla en un lugar seco y oscuro, ya que tiende a germinar fácilmente.
  • No comer las partes verdosas ni los brotes, porque contienen un alcaloide tóxico para la salud.
  • tiene vitamina C y es uno de los pocos alimentos rico en potasio. Pero si la comes frita la cantidad de calorías que aporta al cuerpo aumenta en un 500%. Así que mejor cocida, asada o aplastada (en puré).

OJO: es chilena dice la ciencia.

lunes, febrero 25, 2008

571. Casi fui Roque Dalton.

Murieron unos cubanos en Granada durante la invasión gringa a ese país en 1980 y algo. El coronel Tortoló estaba al mando del destacamento. Al bajar del avión en el aeropuerto José Martí dijo a Fidel con aire marcial: “¡Comandante en jefe, la misión ha sido cumplida!”. Nada de eso: había recibido la orden de combatir hasta la muerte. Lo degradaron; de todo esto uno se enteraba por comentarios. Los rumores en Cuba son asombrosamente fiables, una verdadera prensa alternativa. De ahí en adelante circularon chistes sobre el tema, y a los corredores de atletismo les decian Tortoló.

Yo estudiaba por aquel entonces en las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos y algunos amigos, que realmente todavía quiero y respeto, aunque no sé qué habrá sido de sus vidas, cayeron en la ridiculez de ponerse a llorar cuando divulgaron la noticia. Conversando del tema e imbuido de fervor patriótico marxista, lancé mi propia frase revolucionaria: “no importa, vendrán otros”. Lo que quería decir es que lo realmente importante era la idea, no los hombres; ahí estábamos nosotros formándonos como soldados del socialismo para seguir defendiendo la idea, la revolución…

Casi me linchan, tuve que deshacerme en explicaciones porque ya veía que me ponían en un consejo disciplinario o algo así, en circunstancias de que era más revolucionario y comunista que todos ellos juntos. Una frase de Fidel citada oportunamente calmó los ánimos: “Los hombres mueren, el partido es inmortal”. En fin, dudo que mis ex compañeros la recuerden, y además fuera de ese impasse, los sigo queriendo. Buenos muchachos. Lo malo era la idea, no el ser humano, digo ahora revirtiendo el sentido de lo que decía entonces. Lo mismo corre para el resto de los fundamentalismos.