Comienzo esta segunda entrada respondiendo a una persona que firma como Usuario Anónimo, y afirma lo siguiente:
"Sólo un personaje tan imbecil como Carrasco y sus amiguitos podía proponerse para ese cargo. Como si no le bastara con ganarse toda la plata del estado para financiar sus asquerosos y nepóticos productos culturales tras los cuales sólo hay ego a destajo". Más adelante mi admirador sostiene que no me preocupe, puesto que "la vida tiene muchas vueltas".
Para que una de las vueltas de la vida se transforme en ironía tiene que ser elíptica, como la trayectoria de los cometas, esto es, regresar al punto de partida luego de recorrer un largo camino.
Una ironía es justamente haber recomendado a un grafólogo para que me dejara fuera de la dirección de la Fundación Neruda. Porque mi letra no pasa un informe grafológico, a pesar de que la estrecha relación que me une a Pablo Neruda ha sido avalada por una médium.
Otra ironía es que exista la idea de que el estado chileno se hace cargo de los proyectos Casagrande. Estimado Usuario Anónimo, el FONDART nos ha rechazado 13 proyectos. Cada vez que veíamos los resultados en La Nación, apretábamos la guata y dábamos comienzo a un nuevo plan Z. En todo caso el desdén de los fondos del gobierno no es el peor obstáculo que hemos debido salvar, de hecho encuentro que el FONDART está bien como está, no es perfecto, pero no se ha inventado nada mejor en Chile. Desde este blog saludo y bendigo a los funcionarios del ministerio, a los jurados, a quienes sí ganaron y a cada ladrillo del edificio de San Camilo 262. Pasamos por momentos complicados, ya llegará elmomento de hablar de eso. Pero aquí estamos y cuando pienso en las crisis que superamos me viene a la mente aquella frase de los músicos que tocaban en la cubierta del Titanic mientras el barco se hundía, al final de la película: "ha sido un placer tocar con ustedes esta noche". Eso les digo a mis hermanos Bianchi y Prieto, y a mis amigas Pili y Natalia: Ha sido un placer tocar con ustedes esta noche. También a Master Vargas y a mis compañeros de ruta en los proyectos actuales: ha sido un placer tocar con ustedes esta noche.
¿Otra ironía? otra: hace unos 15 años (tendría yo 19 o 20 primaveras), cuando vivía en Cuba quedé deslumbrado por una chica con la que anduve. Era la novia de un actor medio famoso, puedo contarlo aquí sin cometer una infidencia porque perdí contacto con los protagonistas de esta historia tiempo antes de volver a Chile. Ni siquiera recuerdo sus nombres... mmmsí, acabo de recordar el de ella pero no lo voy a escribir. Lo que me tenía ensimismado era una extraña habilidad suya, consistente en contraer la vagina con un vigor inaudito. Al principio era divertido, después incómodo, y al final francamente molesto porque su sexo parecía tener vida propia.
Lo digo ahora con toda la seriedad de mis 36 años, era sorprendente. Pasé una semana encerrado en su pieza; dejé de verla cuando su novio regresó de una gira por Latinoamérica. Cierta vez, con unas copas de más le conté a un amigo lo que me había tocado vivir, sin revelarle de quién se trataba. Más tarde atando cabos me percaté de que no le debía haber resultado difícil adivinarlo, puesto que sabía con qué chicas había andado últimamente. La cosa es que más adelante, al enterarme de que el novio actor estaba otra vez fuera del país, fui a su casa con una botella de ron, y adivinen quién me abrió la puerta. Claro que sí: mi amigo. Bien por él. El novio actor no regresó de esa gira y la chica se fue a vivir con mi amigo. De hecho lo último que supe es que hace unos seis años atrás seguían juntos.
Pero volvamos a lo de la Fundación Neruda. No, mejor no volvamos a ninguna parte. Quédate tranquilo Usuario Anónimo, Casagrande está lejos de las arcas del estado chileno. Y por lo que respecta a la Fundación Neruda (ya, volvamos a la Fundación Neruda), te recomiendo postules a sus talleres de poesía, y defiendo ante Chile la gestión de Francisco Torres, brillante en todo sentido. Claro que yo lo haría mejor: sépalo usted, señor grafólogo.
viernes, julio 15, 2005
jueves, julio 14, 2005
Mi postulación al cargo de director de la Fundación Neruda
Estimado señor:
En medio de la vorágine del centenario de Pablo Neruda, mis amigos de Casagrande y yo habíamos pedido la intercesión de una médium para conversar directamente con él, en una sesión de espiritismo que sería presenciada por otras cien personas. El encuentro ocurrió la medianoche del 12 de julio de 2004. Los preámbulos incluyeron un informe grafológico realizado a partir de una carta manuscrita del poeta. Esto obedeció a una sugerencia de Floridor Pérez, quien me habló de un experto grafólogo amigo suyo, cuyos servicios reclaman ocasionalmente las grandes empresas para sus procesos de reclutamiento de personal. Le hice caso y mis partners de Casagrande también. Recuerdo como si fuera hoy la honda impresión que causó el grafólogo en el actual director de la Fundación Neruda, Fco Torres. Obviamente se trataba de usted. Sin siquiera conocer su nombre lo recomendé para este trabajo, y al siguiente 12 de julio, usted me evalúa a mí como posible reemplazante de Torres.
Esto iba a escribir en la carta manuscrita que pedían para postular al cargo de director gerente de la Fundación Neruda. Era vox populi que Francisco Torres no seguiría en el puesto, así que nadie tuvo dudas cuando apareció el aviso en Artes y Letras. Al final escribí una de las cartas típicas de quien aspira a un cargo: "soy muy inteligente... bla bla bla". Antenoche unos amigos hicieron una crítica bloomiana del currículum que envié y me aseguran que no pasaré de la primera vuelta.
Resignado, comienzo este blog con la reproducción de la carta original. No la mandé por no parecer extraño al sentido común.
Y siguiendo con las circunstancias a que alude la carta, el centenario de Neruda estaba a punto de convertirse en el centenario del protocolo, el cóctel y las reuniones de gabinete. Al convocar a una médium para contactarnos con Neruda justo cuando las autoridades se reunían con gran pompa en una cena de gala, estábamos haciendo política. Y bueno, cada cual a lo suyo: el próximo director de la Fundación Neruda a las cenas protocolares; mis partners de Casagrande y yo, a las comunicaciones con el más allá. Me conformo con saber que, según me contó la Pili, la medium sostuvo que de todas las personas que allí estaban, era yo el más cercano a Neruda (¿exagero, Pili? si es así quédate callada). Sépalo usted, señor grafólogo, y usted, próximo director de la fundación.
En medio de la vorágine del centenario de Pablo Neruda, mis amigos de Casagrande y yo habíamos pedido la intercesión de una médium para conversar directamente con él, en una sesión de espiritismo que sería presenciada por otras cien personas. El encuentro ocurrió la medianoche del 12 de julio de 2004. Los preámbulos incluyeron un informe grafológico realizado a partir de una carta manuscrita del poeta. Esto obedeció a una sugerencia de Floridor Pérez, quien me habló de un experto grafólogo amigo suyo, cuyos servicios reclaman ocasionalmente las grandes empresas para sus procesos de reclutamiento de personal. Le hice caso y mis partners de Casagrande también. Recuerdo como si fuera hoy la honda impresión que causó el grafólogo en el actual director de la Fundación Neruda, Fco Torres. Obviamente se trataba de usted. Sin siquiera conocer su nombre lo recomendé para este trabajo, y al siguiente 12 de julio, usted me evalúa a mí como posible reemplazante de Torres.
Esto iba a escribir en la carta manuscrita que pedían para postular al cargo de director gerente de la Fundación Neruda. Era vox populi que Francisco Torres no seguiría en el puesto, así que nadie tuvo dudas cuando apareció el aviso en Artes y Letras. Al final escribí una de las cartas típicas de quien aspira a un cargo: "soy muy inteligente... bla bla bla". Antenoche unos amigos hicieron una crítica bloomiana del currículum que envié y me aseguran que no pasaré de la primera vuelta.
Resignado, comienzo este blog con la reproducción de la carta original. No la mandé por no parecer extraño al sentido común.
Y siguiendo con las circunstancias a que alude la carta, el centenario de Neruda estaba a punto de convertirse en el centenario del protocolo, el cóctel y las reuniones de gabinete. Al convocar a una médium para contactarnos con Neruda justo cuando las autoridades se reunían con gran pompa en una cena de gala, estábamos haciendo política. Y bueno, cada cual a lo suyo: el próximo director de la Fundación Neruda a las cenas protocolares; mis partners de Casagrande y yo, a las comunicaciones con el más allá. Me conformo con saber que, según me contó la Pili, la medium sostuvo que de todas las personas que allí estaban, era yo el más cercano a Neruda (¿exagero, Pili? si es así quédate callada). Sépalo usted, señor grafólogo, y usted, próximo director de la fundación.
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