En marzo de 1997 escribí una carta a Carlos Cardoen proponiéndole que fuera mi mecenas. Mi situación era precaria, y sentía que era una propuesta razonable. Una tirada de naipes de tarot por esos días arrojó el siguiente mensaje: “No habrá ayuda del exterior”.
Fue súper útil para concentrarme en mi propio esfuerzo. Todavía hoy, si no me dan ganas de levantarme en la mañana o me invade una sensación de cansancio general, me repito: “no habrá ayuda del exterior” y me siento un espartano bloqueado en las Termópilas. Háganlo uds, lo recomiendo.
Fue súper útil para concentrarme en mi propio esfuerzo. Todavía hoy, si no me dan ganas de levantarme en la mañana o me invade una sensación de cansancio general, me repito: “no habrá ayuda del exterior” y me siento un espartano bloqueado en las Termópilas. Háganlo uds, lo recomiendo.