426. justicia animal

Casos de delincuencia animal como los que protagonizan los elefantes que cita el New York Times (a que hacía referencia más abajo) no deberían quedar impunes si se demuestra que los animales son capaces de discernir entre el bien y el mal. No estamos tan lejos de ello, científicos holandeses plantean en la revista Nature del mes pasado que los animales tienen personalidad, aspecto que habría sido clave en la evolución. Pero también zoojusticieros; por extraño que parezca, vi un hipopótamo prestando (algo así como) primeros auxilios a un antílope que había sido atacado por un cocodrilo. Fue en la TV, pero no parecía trucado.

425. historias de perros

• El perro más longevo del que he sabido tenía 20 años. Lo conocí en una casa de campo en Holanda en 1976, no recuerdo por qué razón estuve allí. Era inteligentísimo y tenía el carácter de un anciano.
• En Topes de Collantes, Cuba, una región que a comienzos de los 90 era semi salvaje, hay unas cataratas famosas. Un tipo que vive en el camino que conduce al lugar, solía ser requerido como guía, hasta que adiestró a sus perros (tiene varios). Cuando llegan visitantes, los deja ir con uno de los canes.
• Me contaron de una familia que al regresar de un fin de semana en la playa encontró su rotwailer muerto sin causa aparente. Al acercarse le vieron algo atorado en la garganta: era una mano humana. Alguien que había entrado a robar la debe haber dejado olvidada.

424. el mejor amigo del hombre

Más sobre animales.

De vez en cuando repetían un documental soviético en la TV cubana sobre un perro que 15 años después de la muerte de su dueño, seguía yendo a esperarlo a la estación del tranvía, todos lo días a las 6 de la tarde, tal como hacía cuando él volvía del trabajo antes de partir a la guerra (la 2ª guerra mundial).

423. zoofilia entre animales

Otro de animales:

De mis lecturas juveniles creía haber entendido que en las peleas entre rinocerontes y elefantes (supuestamente comunes) solían ganar los primeros. Un artículo aparecido el año pasado en el New York Times Magazine echó por tierra esta creencia. La publicación toma nota del cambio de comportamiento de los elefantes, que se han vuelto díscolos e irascibles debido a la disminución de la población femenina adulta, víctima de los traficantes de marfil. Como se sabe, las hembras en los elefantes son las que guían la manada y hacen de institutrices; su ausencia, por tanto, estaría sembrando la anarquía entre los paquidermos. Cada cierto tiempo un ejemplar irrumpe en una aldea del Asia y da muerte a cuatro personas (el último episodio tuvo lugar el mes pasado en Sumatra), y lo peor, lo verdaderamente preocupante, es que algunos han sido sorprendidos violando rinocerontes (no se hace referencia al sexo de las víctimas).