viernes, abril 24, 2009

prefacio del libro "Lluvia de poemas sobre Guernica" (carta del alcalde de guernica - lumo)

El pasado mes de agosto de 2004 tuve la oportunidad de presenciar un especial bombardeo que nada tiene que ver con lo que los habitantes de Gernika-Lumo sufrieron aquel lunes de mercado, 26 de abril de 1937. En esta ocasión las bombas caían convertidas en poemas, miles de poemas cubrieron el cielo de nuestra villa.

Todos los gernikenses participamos con mucha ilusión en este caso que nos transmitía cultura y paz en forma de poesía. Fue realmente interesante y sobre todo emotivo.

Desde aquí quiero agradecer de corazón en nombre de todos los gernikenses y en el mío propio, que pensaran en Gernika-Lumo para llevar a cabo esta iniciativa cultural. Considero que puede ser otro pequeño paso para transmitir a los ciudadanos del mundo entero, que día a día desde Gernika y en general desde toda Euskal Herria, trabajamos para lograr esa ansiada PAZ. Y que no nos rendiremos hasta lograr que todas las bombas que puedan existir en el mundo se conviertan en poemas.

El pasado mes de septiembre de 2004 nuestro trabajo fue valorado y reconocido con un Premio muy importante: El Premio Ciudad de la Paz concedido por la UNESCO. Una distinción que nos mueve a mirar con respeto reconocido y agradecido, hacia el pasado que han ido jalonando los siglos. Un tiempo pretérito salpicado por gestas y el trabajo colectivo de un pueblo anónimo que ha conseguido trenzar ilusiones e hilvanar esperanzas. Un pueblo que ha perdonado pero que nunca podrá olvidar el horror sufrido aquel 26 de abril de 1937.

Gernika-Lumo no quiere ser un nombre asociado a la guerra sino a la paz, ni quiere ser tampoco una imagen picasiana de vértigo y vacío, sino que aspira a ser un puente de encuentro y de reencuentro de la comprensión, de la reconciliación y de la paz.

El árbol de Gernika es la representación de la alianza de los vascos con nuestra historia y con nuestro destino. Es la expresión de nobleza que queremos que nos asista en nuestro proceder. Es la manifestación de trascendencia de nuestro pueblo. Es el símbolo de nuestra Patria. Y es también el ícono de la paz. Una paz para todos y para siempre.

Un deseo, un anhelo y una aspiración recogidos en el Gernikako Arbola, el Himno del árbol de Gernika:

“Eman da zabal zazu munduan frutua”
(Produce tu fruto y extiéndelo por el mundo)


Miguel Ángel Aranaz Ibarra
Alcalde de Gernika-Lumo

lunes, abril 20, 2009

comentario de cine: "La Represa", largometraje de Rodrigo Salinas

Considero un gran honor que mi primera novela haya sido llevada al cine por Rodrigo Salinas. El guión se toma algunas libertades pero, afortunadamente, lleva a buen puerto esta apasionante aventura, donde de manera contundente, el bien triunfa contra el mal. Además las escenas de sexo son muy realistas.

La actuación de Carlos Lechuga merece un elogio aparte. Hay que decir que consigue personificar con inusitado realismo a ese cretino que en la trama se llama casualmente igual que él. 

No puede haber, creo, mayor muestra de devoción profesional, que la de Tomás Vega, al sacrificar su aspecto personal dejándose crecer esa barba que es un verdadero atentado a la higiene. Pero si el gesto lo dice todo, más aún dice la interpretación de su personaje.

Ahora quisiera referirme a la filosofía de la película.

De todas las barbaridades que dejó escapar Pinochet, rescato una, pronunciada, creo, en una visita que hizo a Argentina en los noventas: “el comunismo es una sierpe de siete cabezas, si le cortas una, le quedan seis, si le cortas otra le quedan cinco”. Hacía referencia a la inacabable lucha que debe librar el bien, que él relacionaba con su propia persona, contra el mal, que en su opinión era un vago conjunto de cosas reunidas bajo el término “comunismo”. El ex senador parecía convencido de que, aún cuando el comunismo tuviera muchas cabezas, se podían cortar todas con un poco de paciencia y maldad.

Aquí es donde discrepo, porque el mal no sólo existirá siempre, sino además prevalecerá la mayor cantidad de veces sobre el bien, tal como queda graficado en la historia universal, y en el día a día. Sería incorrecto decir que este orden de cosas esté mal, porque el bien no podría existir de otro modo. El bien es como una delicada orquídea, que necesita de un entorno malvado para florecer plenamente. Y es por eso que debemos preocuparnos de que una película como La Represa, que defiende con eficacia valores tan elevados como el cerro San Cristóbal, se haya rodado en Chile, pues eso parece sugerir que nuestro país podría ubicarse sin que lo hayamos notado, muy cerca de la letrina de Satanás.

Frente a los poderes fácticos del cine chileno, Salinas vendría siendo una especie de Noé, o Lot, que creo que así se llamaba el tipo que fue salvado de la lluvia de cenizas que cayó sobre Sodoma, que se escribe con S de Santiago. Espero con ansias la segunda película de este talentoso director. Estoy escribiendo una nueva novela.