448. historias de nueva york

Pauline y Fátima han decidido tener un hijo. Llevan 7 años juntas, para horror de los padres de esta última que son musulmanes iraníes. Como ninguna de las dos está dispuesta a tener sexo con un hombre, recurrieron a la inseminación artificial. Fueron a un banco de semen, pero se horrorizaron al ver que algunos donantes han sido utilizados una infinidad de veces, con todo lo que eso significa (esos tipos deben tener más descendientes que los patriarcas bíblicos). Finalmente contactaron a un amigo gay argentino al que consideran muy inteligente y le pidieron los genes. Tuvieron que hacerlo venir a Nueva York y pagarle la estadía mientras le hacían los exámenes de rigor para ver si era un ‘suitable donor’. Obtuvieron una muestra de semen suya, que congelaron unos seis meses. Él volvió a Argentina, para regresar luego a NY a repetir los exámenes por alguna razón técnica. Lo que pudo ser un polvo agradable de una noche terminó siendo un trámite que lleva más de un año, las chicas han pagado más de 50 mil dólares (la refrigeración del semen también se cobra) y Pauline, que tiene 37 años, aún no queda embarazada.

447. historia de amor

Un nerd de 42 años, judío, profesor de budismo y con una iniciación sexual tardía, conoció en una fiesta en casa de unos amigos a una chica ultra sexi, entera tatuada, 22 años, alumna de historia de las religiones en una universidad prestigiosa, proveniente de una familia acaudalada, que por distraerse se sacaba la ropa bailando en un local nocturno (le pagan bien porque es bonita). Fue una relación apasionada a juzgar por la cantidad de condones que tenían en la casa, se veían muy felices, eran la pareja perfecta. Pero después de unos meses la chica empezó a enloquecer y lo empezó a enloquecer a el. Ella padece (aquí hay siglas para todo, esto es muy gringo), o mejor digámoslo así: she is suffering from BPD (borderline personality disorder). Las peleas podían llegar a un nivel tan álgido que cuando él hacía una pausa, ella entraba en un estado de mutismo, quedaba imposibilitada de hablar, por lo que tenía que seguir discutiendo por escrito. Esto duró varios meses hasta que él decidió dejarla y aunque echa mucho de menos el sexo (especialmente el sexo oral porque ella tiene piercings en la lengua) (¿?), se siente muy aliviado.

446. Culebrón en Manhattan

Tom, un gringo que hoy debe unos 150 mil dólares al banco por haber estudiado en una prestigiosa universidad norteamericana, nunca tuvo mucha onda con su padre, pero de todas maneras casi se cae de espaldas cuando supo el día del funeral de éste, que en realidad no tenía ningún parentesco con él. Después de 9 años de matrimonio su familia no había podido tener hijos, por lo que su madre decidió ponerle los cuernos con su jefe, sólo para embarazarse. Tom se obsesionó con encontrar a su padre biológico (creo que es lo que le pasa a todos los que viven su situación), hasta que lo logró. Qué sorpresa, resulta que es dueño de la mitad de Manhattan. Le escribió un email proponiéndole que se reunieran. No le respondió su padre pero sí un abogado de este, amenazándolo con demandarlo si le volvía a escribir. Por algún tiempo Tom quedó choqueado, a veces iba a mirar a su media hermana (que no sabe de su existencia) camuflado entre la multitud a la salida de la universidad. No ha vuelto a escribir a su padre, qué triste historia.

445. masacre urbana en ñuñoa

444. ¿Cómo estar seguros de que no somos conservadores hoy?

Recomiendo la práctica del yoga para corregir o prevenir tendencias al conservadurismo. Lo que le haces a tu cuerpo, se lo haces a tu mente. Seamos flexibles compañeros.