miércoles, junio 06, 2007

414. a propósito del transantiago

La revolución de la Chaucha que fue en 1949 creo, no sé, corríjanme si me equivoco.

Este es el testimonio de un amigo mío que era dirigente de la FECH cuando un aumento del valor del pasaje de micro produjo el estallido social conocido como la Revolución de la Chaucha:

Según mi amigo, en el seno de la FECH se discutía porque los comunistas querían llevar al extremo la revolución de la chaucha, incorporando otras reivindicaciones a fin de convertir el movimiento en una revolución más general, y acordaron ir a hablar con los obreros. Mi amigo acudió a dicha reunión representando una de las facciones de la FECH, que presumo, era cercana al Partido Radical. En la reunión los obreros manifestaron su acuerdo en movilizarse, bajo la condición de que los estudiantes fueran delante, “porque a ustedes los pacos les dan palos mientras que a nosotros nos dan balas”.

De vuelta a la sede de la FECH, que según recuerda mi amigo, quedaba más o menos en Londres c/ Alameda, los estudiantes escucharon al presidente Gonzalez Videla. Este decidió entonces que su gobierno sería de “sensibilidad social”, cosa que quería decir que el aumento del valor del pasaje de micro quedaba sin efecto y que en adelante se inventaba el pasaje escolar para favorecer a los estudiantes. Después de eso mi amigo optó por alejarse de la política porque aunque había sido capaz de dirigir una asamblea, no estaba bien seguir haciéndolo si él mismo no sabía qué hacer con su vida. Entonces dejó la carrera de derecho para estudiar filosofía con el objeto de aprender a pensar. Si dejar el derecho fue una mala idea, elegir la filosofía tampoco fue buena, pero no me dijo por qué.

martes, junio 05, 2007

413. historias caníbales: felix malacalafara

El padre Charles, profesor del colegio San Ignacio en los años 30 o 40, contaba la siguiente historia, que me fue referida por un ex alumno suyo:

sirviendo en el Congo a comienzos del siglo XX, logró convertir al cristianismo al hijo del jefe de una poderosa tribu local. Su nombre era Felix Malacalafara. Como se trataba del ingreso de su hijo a una prestigiosa institución blanca (la Compañía de Jesús), el jefe decidió celebrarlo con un festín donde se comerían a 60 prisioneros. El padre Charles no cuenta el desenlace, pero esperamos que haya podido impedir el asado.