Odié con toda mis fuerzas el gremio de los periodistas hasta los 28 años. Desechaba cualquier prospecto de novia (las escasas veces en que pude darme el lujo) apenas sabía que tenía que ver con dicha carrera. A los 29 los saludaba con un poco de compasión, y examinaba cuidadosamente su forma de gesticular, de vestir. Ser periodista significaba hablar de tendencias políticas en tiempos de Frei Ruiz-Tagle, y sobre todo, decir cualquier barbaridad poniendo cara de inteligente. Ironías del destino: ahora soy uno de ellos. Hasta he llegado a admirar a algunos periodistas, partiendo por mis compañeras de oficina.
Las personas que se dedican al ocultismo también tienen un gremio. Mi partners de Casagrande y yo lo sabemos bien porque tuvimos que hacer un casting de médiums para nuestra conversación con Pablo Neruda. La segunda o tercera de las candidatas (hubo algunas que descartamos por teléfono) pidió acudir a La Chascona para ver si se sentía capaz de hacerlo.
Pedimos la casa de Neruda un domingo en la tarde. Conversaba con Bianchi en la placita -él iba a registrar en video digital lo que sucediera- cuando vimos un auto subir lentamente por Chucre Manzur y estacionarse unos metros más allá. Hay una escena que no voy a olvidar nunca: 4 personajes descendiendo del auto y acercándose a nosotros como si estuviéramos todos en una especie de western metafísico con tintes de comedia negra (Zebra / El Mercurio, 2004).
Paso a describirlos:
1. Un cabro de unos 12 años.
2. Una mujer entrada en carnes, de unos 40 y algo, que apenas cabía en sus jeans. Tenía unos anteojos puestos sobre la cabeza a modo de cintillo, sobre el pelo teñido de rubio. Hablaba fuerte.
3. Un desastroso remedo de Britney Spears con una boina pegada a la cabeza en diagonal.
4. Nuestra candidata: flaca, de pelo lacio hasta el cuello.
Con Bianchi nos miramos sin decir nada. El negro Prieto llegó 10 minutos más tarde con la Pili.
Enseguida descubrimos que todos tenían superpoderes. La falsa rubia carnúa casi competía con nuestra candidata. Cada vez que entraba a una habitación miraba a los lados percibiendo las energías. “Aquí no siento mucho”, “aquí sí”, “esta pieza está cargada”, etc.
El remedo de Britney Spears tenía la curiosa habilidad de percibir ondas relacionadas con los objetos sobre los que se sentaba. Una silla, un banco, eran antenas del más allá; se sentaba sobre ellos y percibía las energías del lugar. Me contó brevemente sobre una fuerte experiencia paranormal que le tocó vivir: se voló sin fumar mientras unos amigos terminaban un pucho de marihuana en El Quisco.
En cuanto al cabro, parece que sus poderes tenían que ver con decir chistes.
Nuestra candidata entró en trance en la pieza de Matilde Urrutia, dijo algunas obviedades: “veo mucha tristeza aquí”… etc. Al volver en sí afirmó no recordar nada.
No eran malas personas los 4 Fantásticos, en todo caso; nos invitaron a un asado ese día. Rehusamos.
Luego de esa experiencia hicimos el amague de localizar a Pablo Ayún pero nos topamos antes con la mujer que al final hizo la ceremonia. Vive de lo que hace, y venía avalada por un reportaje de Chilevisión. Martín Cárcamo dio sus antecedentes. Había estado con un equipo del canal reconociendo una casa embrujada, cuando en medio del trabajo se cortó la luz y los camarógrafos abandonaron el lugar a toda prisa. “Tal vez pase algo, tal vez no” nos dijo respecto a Neruda, “pero no recuerdo una sola vez en que no haya pasado nada”. No contaba con Gonzalo Millán, pero eso es otra historia.
Días después supimos que hizo otra sesión con un periodista de La Nación. Más allá de lo crédulo que uno pueda ser, lo que dijo no sonaba mal: había visto dos Nerudas, y no recuerdo el resto.
Creo que la verdadera sesión de espiritismo para contactar a Neruda está por realizarse, y deberá ser sin espectadores. Confío en que alguna vez lo haremos mis partners y yo. ¿Cierto que sí compañeros? Eso, siempre que Bianchi reaparezca. Desde los bombazos de ayer en el metro londinense, no ha vuelto a molestar en el Messenger. Si abandona este plano existencial tendremos que chatear con la ayuda de una médium (trata de no decir garabatos Bianchi por favor).
¿Cómo será el gremio de los grafólogos?