Una de las chicas de Flamencas 8 tiene la teoría de que el pulso de los músicos habla de su desempeño en la cama. Un pulso regular en la ejecución de un instrumento demuestra (dice) constancia y duración, mientras que por el contrario, un pulso que tiende a la aceleración o a las variaciones métricas denota falta de control.
Es una lástima, el tipo específico de encuentros sexuales que requiere una tesis tan temeraria la hace inviable. Suena bien en todo caso, es por así decir, “populista” en el buen sentido, y por eso me agrada. Pero no habla de otra cosa que del temperamento de las bailaoras (y de la experiencia puntual de una de ellas).
Si están interesados en ver cómo se expresa en las tablas una cosmovisión tan especial, no dejen de ir a la última función de Flamencas 8, mañana domingo a las 19:30 hrs en el auditorio de Telefónica. Garantizo que será una buena inversión, tanto en dinero como en tiempo.