sábado, julio 05, 2008

677. más llorones que no sé qué

Venía en bicicleta por Eliodoro Yáñez con los audífonos puestos, sin preguntarme demasiado a qué se debía la ausencia de tráfico un domingo a esa hora, cuando al llegar a Antonio Varas atravesé una aglomeración de personas. No presté mayor atención, convencido de que se trataba, a juzgar por la actitud de la gente, de una celebración religiosa. Justo en el momento en que cruzaba la intersección de las dos calles fui alcanzado por una caravana de automóviles oscuros que doblaban hacia el centro. Había ido a parar involuntariamente al corazón de lo que era a todas luces un cortejo fúnebre.

Un cordón de carabineros me impedía cambiar de dirección y la vereda estaba atestada de gente, por lo que pedaleé dos cuadras junto al féretro haciendo lo posible por demostrar seriedad, hasta que por fin pude ganar la vereda. No veo televisión, pero leo la prensa y sabía que el general Bernales había fallecido en Panamá. A pesar de todo, confieso que, al igual que a su hijo, me sorprendieron las muestras de cariño que vi entonces.

Está más que claro que el gobierno sacó el provecho que pudo a esta situación para distraer la atención de los paros y manifestaciones que se avecinaban. La misma expresión “general del pueblo” (lo digo con todo el respeto del mundo) más parece salida de una agencia de publicidad que del alma de la ciudadanía. Mucha gente se ha escandalizado por eso, pero yo lo encuentro bien. Ahora que ha pasado algo más de una semana podemos hablar más fríamente del asunto: a las personas les gusta llorar y se les dio todo lo que necesitaban para hacerlo: una tragedia, un escenario y una ceremonia impecable, amenizada por una niña símbolo que cantó el “Ave María” y por algunos ministros actores que hicieron pucheros frente a las cámaras. Todo esto puede sonar a ironía, pero estoy siendo muy franco. El melodrama me parece un arma pacífica y legítima, sobre todo si se usa contra los gremios que creen que van a hacer bajar el precio internacional del petróleo parando el tráfico en las carreteras chilenas.

Volviendo a mi trayecto, al subir a la vereda escuché una voz familiar y me encontré a boca de jarro con Bruno Vidal, que, sobra decirlo, es un gran poeta. Estaba de pie como un soldado y sostenía un sombrero en el pecho. Le pregunté qué hacían allí él y toda esa gente. Me dio una respuesta que no deja de tener fundamento: “¡Pero si esto es el fascismo, esto es lo que ama el pueblo!”. Se refería, naturalmente, no al fallecido general, sino a los rituales masivos y alegóricos, propios de las dictaduras.

Intercambiamos opiniones sobre la muerte mientras pasaba el cortejo. Pudimos ver curiosos fenómenos, como un esmirriado ciclista con una bandera chilena más grande que él, y un tipo vestido de camuflaje en una motocicleta destartalada.

Es muy loco el pueblo chileno. “Nos retiramos ahora, la vida tiene que continuar”, le dije subiéndome a mi bicicleta. “Los poemas están esperando para ser escritos”, me corrigióél poniéndose el sombrero. Y las columnas de opinión también, contesto ahora, con más de una semana de retraso.


viernes, julio 04, 2008

676. Servicio de Impuestos Internos, julio de 2002

julio de 2002

Señor director:

Entre las modalidades para realizar la declaración de renta del año 2001 existía un software que permitía un importante ahorro de tiempo. Realicé mi declaración sirviéndome del mismo software, que bajé nuevamente de internet a través del sitio www.sii.cl . Al ver que el cheque de mi devolución de impuestos tardaba más de lo habitual, llamé a la mesa de atención telefónica (3951115). Supe entonces que mi declaración no había sido realizada porque este año el software era sólo para empresas y que por lo tanto debía cumplir ese trámite nuevamente, pagando una multa de 28 mil pesos. El sistema me daba la posibilidad sin embargo de efectuar dicho pago vía internet, ofreciendo un descuento del 70% del monto. Traté de hacerlo, pero al final del procedimiento se especificaba una lista de bancos entre los cuales no estaba el mío. Llamé nuevamente a la mesa de atención telefónica y me dijeron que podría acogerme a dicho beneficio pagando con la cuenta bancaria de algún amigo. Falso: el sistema no lo permitió.

Malhumorado, pero asumiéndolo como inevitable, me dispuse a esperar la llegada de mi cheque a fines del mes de junio. Previendo ser nuevamente víctima de algún imprevisto de la burocracia estatal llamé 2 veces más a la mesa de atención telefónica: en ambas ocasiones se me dijo que no tenía de qué preocuparme, pues mi solicitud estaba en orden, y el cheque llegaría en la fecha prevista. Pero eso no ocurrió. Ya en el mes de julio, viendo que el cheque no llegaba, tomé el teléfono y llamé por ¿quinta, sexta vez? al famoso teléfono. Entonces, me dicen que la multa no se descontaba del total, sino que tenía que ir yo mismo a cancelarla al SII, y que desde ese momento empezaría a regir un nuevo plazo de 30 días para que tuviera lugar por fin la devolución de mi dinero. No me queda alternativa que cumplir ese nuevo trámite y esperar. Dejo constancia de mi situación y me pregunto qué otro argumento usará el estado para impedirme acceder a lo que gané con mi esfuerzo trabajando durante todo un año.



Recién en octubre pude cobrar mi cheque. Hijos de puta, estaba cesante ese año.

miércoles, julio 02, 2008

675. un sentimiento animal

Pablo era muy belicoso y estaba discutiendo fuerte con alguien, no pude ver bien su cara porque producto del apagón, la calle estaba iluminada sólo por la luna. Si hubiera recibido una paliza, la habría tenido bien merecida, pero Alá decidió otra cosa y Pablo, como dicen en Cuba, “le chocó la cara” al otro flaco. Se defendió bien el pobre pero había algo que no le funcionaba, o simplemente no tuvo suerte. En la confusión vi que andaba con uno o dos más. Ni sé en qué momento el Vladi partió como un tanque contra uno de ellos, que retrocedía rápido pero no lo suficiente como para salvarse de esa andanada de aletazos. Por su parte, el Vladi avanzaba como si no tuviera nada enfrente. Acto seguido tomaron la no tan sabia decisión de largarse a correr, el Vladi y Pablo salieron persiguiéndolos y Elio y yo perseguimos al Vladi y Pablo para que detuvieran la jarana.

Mientras corría se me despertó esa cosa animal de aprovechar la oportunidad de masacrar a esos tipos sólo por ejercitarme, era un impulso irracional. Lo sentí voluntariamente, quise golpear y hacer daño. Pero me duró sólo unos instantes. Recuperé la cordura y también a mis amigos Pablo y Vladi. Nos devolvimos y no recuerdo qué hicimos luego, pero debe haber sido algo divertido, porque la pasábamos muy bien en general.

La saga:

martes, julio 01, 2008

674. mi profesora de piano

Mi profesora de piano, Georgina González, usaba mucho la terminación “aza, azo” para poner énfasis en los adjetivos. “Esa sonata es largaza mijito”, es la expresión que mejor recuerdo.

Espero que esté viva aún; cuando la dejé de ver, en 2001, debería tener unos 150 años. A pesar de lo anterior no faltaba nunca a clases. Se desplazaba moviendo muy rápido los pies.

Según mis compañeros lo más cómico que hacía era tararear “yam, yam, yam” mientras uno interpretaba sus tareas. En mi caso, lo que más me daba risa era cuando me retaba, no podía contenerme. Más se enojaba, más graciosa la encontraba. Una vez dio un manotazo contra el piano exclamando: ”¡pero no se ría mijito que me da más rabia!”. Hice una mueca para disimular la sonrisa y le respondí: "claro profe si esto es algo muy serio".

lunes, junio 30, 2008

673. mujeres que ovulan y no tienen sexo cometen aborto

Alan McNeilly, médico inglés, dijo la semana antes pasada respecto a la primera fotografía del instante en que se produce la ovulación: "verlo en la vida real es un evento increíblemente raro, porque es el momento en que todo se inicia y, en cierta forma, el comienzo de la vida". Ya ni siquiera es necesario que se acerque un espermatozoide, ahora sí que sonamos.

Si somos consecuentes con esta modalidad extrema de pensamiento, deberíamos decir que las mujeres que ovulan y no tienen sexo estarían de alguna forma abortando. En rigor, deberían tirar (follar) todos los meses y a cada rato como medida de prevención.

El sexo oral también sería abortivo creo yo. Hay un chiste que contaban hace tiempo, sobre dos espermatozoides que iban corriendo, uno le pregunta al otro cuánto falta para el ovario y el otro le responde que recién atravesaron las amígdalas. Pobres. Pero el desprestigio de los espermios es interesado, ya que acusa más que nunca la responsabilidad femenina en el aborto. Si la vida comenzara en las glándulas masculinas, eyacular sobre una servilleta sería crimen leso, o sea de lesa humanidad. Por estas mismas razones Catulo fustiga a alguien en un poema, echándole en cara su exacerbado onanismo.