Juro por mi teclado que sólo eliminé un comentario que hice yo mismo para convertirlo en un posteo. Pueden escribir los comentarios que quieran, Malasya es un país libre. Para probarlo puedo usar en mi favor los argumentos usados en mi contra por mi archienemigo, el tristemente célebre usuario anónimo. Si le respondí fue por temor de que su opinión sobre la relación entre Casagrande y el estado chileno fuera compartida por más personas; pero no borré sus comentarios.
En esa ocasión, llevado por el entusiasmo omití que el estado chileno a través de la DIRAC, nos pagó los pasajes para ir a Dubrovnik y Guernica, lo que representa el 15% de ambas iniciativas. Más doloroso fue leer el comentario en que denostaba mi poncho, porque (hablando ahora por todos los ponchos) es una prenda de vestir que muy pronto va a recuperar su sitio en los closets chilenos. Lo juro.
4 comentarios:
Hola Julio:
He estado leyendo tu blog desde que me pasaste la dirección el otro día en la lectura de Carrasco en el cine Alameda y me ha parecido bastante entretenido y contundente. Y bueno, valen mis felicitaciones por la creación. Y lo invito a visitar nuestros blog
http://animalfabeto.blogspot.com/
http://almargeneditores.blogspot.com
Saludos
Mancini
Interesante eso de "todos somos lo que vemos". Especialmente al imaginar que "proyectamos la realidad a través de los ojos, como si tuviéramos un data show en la cabeza".
Parece que no pero esto es filosofía. Alta filosofía directamente desde Malasya. Ana
Julio,
saludos desde la virtualidad reclinable. estaré atento a tu blog.
un abrazo
Me la perdí.
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