(Noviembre/ 2001 - marzo/ 2002).
Los primeros 7 números de Casagrande contaron con un tiraje de 500 ejemplares siguiendo el formato típico de las ediciones impresas en papel. A través de ellos puede notarse una lenta progresión hacia las artes visuales. En Casagrande 7 la parte visual era casi más importante que la escrita, podría decirse que la revista se ve, más que se lee.
Dicha tendencia cristalizó definitivamente en Casagrande 8, un ejemplar único, cuyas páginas aparecieron diseminadas en las 52 estaciones del metro de Santiago en forma de gigantografías (3.30 x 2.20 metros). Buscábamos el efecto de que los usuarios del metro se trasladaran por el interior de la revista, convirtiéndose a la vez en pasajeros de Casagrande 8.
Los trabajos expuestos eran de la autoría de 40 artistas y poetas jóvenes de todo Chile, abarcando disciplinas visuales combinadas, que van desde la fotografía y el arte digital hasta la poesía concreta y el diseño contemporáneo.
La noche del lanzamiento de la revista nos fumamos un puro en la ribera del Mapocho. La imagen que ven es el trabajo de mi hermano Andrés Anwandter, pág 40, estación Salvador. Wao.
2 comentarios:
Oye julio no vamos a entrar descubrir ahora que el que más suda es el más rellenito, ¿cierto?
Excelente la evocación en todo caso, buenos recuerdos. Felicitaciones!!
muy buenos photos hermano, especialmente Bianchi con capa de superheroe..jaja...espero que haya sido el último recital de Los Muebles que me pierdo..
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