viernes, abril 04, 2008

604. Cuando dejé de ser púgil.

Debo aclarar por qué no soy más púgil y por qué escribo sobre mi experiencia como púgil. La segunda pregunta responde un poco la primera porque si siguiera siendo púgil no podría escribir sobre eso. La cosa es que un día no fui más púgil. Cuando niño no le encontraba ninguna gracia a las peleas, en parte porque siempre las perdía y en parte por un genuino carácter pacífico. Pero desde mi adolescencia en adelante poco a poco me fui convenciendo de que mientras más peleas tuviera, mejor sería mi formación como ser humano. Este estado de ánimo empezó a volverse extenuante y los últimos pugilatos me dejaron intoxicado. Quedaba muy nervioso, con insomnio, malestar general; sufría hasta el día siguiente y luego al subsiguiente era presa de un ataque de colon irritable, y sufría dos semanas más. Luego al recordar las peleas sufría de nuevo, incluso si no había sufrido en el momento. De pronto me empezó a pasar simplemente al tener pensamientos violentos: ya no tenía que meterme en problemas para sufrir como si los hubiera tenido. Y entonces como no soy masoquista, dejé de ser púgil. Qué alivio.

La saga:

7 comentarios:

Malayo dijo...

no tiene nada que ver con la entrada, pero por favor lean a marisol garcía hoy en lun: http://www.lun.com/modulos/catalogo/paginas/2008/04/04/LUCPRCU44LU0404.htm?idnoticia=CSASRIJK20080404&tipoPantalla=1260

Anónimo dijo...

error en el link.

Malayo dijo...

copia la dirección y pégala en tu navegador. O de la contrario anda directo a www.lun.com / cultura

Anónimo dijo...

n o t b a d . . .

¿pero dónde queda ese espacio fuera de los desechos?

¿cuál es ese Chile con ideas, esperanzas y sentido común? ... acaso Malasya?

u f f f . . .

Anónimo dijo...

le encuentro toda la razón a soledad garcía, parece que estuvo estudiando los comentarios de tu blog para basarse en su columna de hoy.

Anónimo dijo...

tu no hai dejado de ser púgil, eris re púgil todavía oh, más púgil que no sé quién, no conozco a nadie más púgil que tu, reconoce, tenis un peliador en el corazón, que se defiende a golpes, que batalla y batalla contra el amor.

Anónimo dijo...

oye malayo, estaba pensando en la importancia de los acentos (como en la poesía) y qué diferente es el significado de "cuando deje de ser pugil"

qué pajero