Me dio un ataque de asma y tuve que acudir al hospital más cercano. Deambulé por los edificios del lugar, comunicándome por señas. Finalmente pude darme a entender con dos simpáticas estudiantes de medicina que hablaban inglés. Trajeron a un doctor malhumorado que ordenó que me pusieran una inyección de corticoides; aseveraba que estaría bien en una hora (ambos sabíamos que no era cierto). Tratando de empatizar con él le conté del bombardeo de poemas que habíamos realizado poco antes. Al final le pedí a las estudiantes que me tradujeran las indicaciones que escribió en un recetario: aconsejaba que fuera al médico en Chile y que dejara de practicar deportes de riesgo. Tuve que volver en la tarde y una doctora muy atenta me recetó un inhalador. Era una señora de unos 50 años, me puse tan feliz que le di un abrazo al despedirme. Ella se apartó rápidamente, asustada por mi sangre latina.
6 comentarios:
que sangre latina vas a tener voz, hijo de moises.
"el paciente vino a Polonia para lanzarse del avión, su asma hace más dificil dicha acción".
literalmente.
que le has contado a este médico julio?
wa, ¿en serio?
si!
para la próxima, sería más espectacular lanzarse del palacio de stalin.
estás re latino malayo ajaja, me imagino en polonia, te veían y decían , "oh! pero miren!! él es tan latino!!!" ajajaj
pero rico si
uh! los médicos son una peste en todos lados... una buena sudada, julito, una buena sudada...
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