Lo tomábamos en cuba a fines de los 80s, mezclado con agua, limón y azúcar; y no sabía tan mal como el azuquín (ron a medio destilar), mucho menos la chispa de tren (alcohol casero). La canción dice "a la pesca el litro y a la monja el medio litro". De acuerdo al idioma de la calle, una monja eran 10 pesos y una pesca, 5. El alcohol de 90º era en cierta medida, un lujo por aquellos días.
4 comentarios:
cómo lo haces para ser tan rudo
no es para tanto, exagerada
cuenta esa vez que bebiste semen de toro y te fornicaste a una gallina en uno de los rituales que practicabamos en cuba.
J.
ooooooohhh que asquerososssssssss
Publicar un comentario