sábado, octubre 15, 2005

63. Soy sociólogo y soy además otra cosa


Un grupo de tesistas de sociología se preparaba para un congreso en Buenos Aires. Yo estaba allí porque una de las tesis abordaba los lanzamientos de poemas como un hecho sociológico. Escuché algunas ponencias aparte de la que tenía que ver con Casagrande, y luego los comentarios, reparos y afirmaciones de los profesores:

todo muy interesante.

Las palabras de los profesores no hicieron otra cosa que confirmar mis puntos de vista respecto a las tesis que alcancé a escuchar. Para ser exacto, diría que eran mis propias observaciones traducidas al lenguaje de los axiomas sociales. Así descubrí que soy sociólogo, además de otra cosa.

La sociología como el resto de las disciplinas universitarias es una forma de hablar, una jerga: todo se reduce a un problema de lenguaje. Hay palabras de uso frecuente, cifras y fechas a los que se debe recurrir al exponer una idea. Aprendes a usarlas en el momento adecuado y ya eres del club. Hay nombres que son como llaves mágicas, los invocas cuando estás en problemas y ya no estás en problemas. Defender una posición, atacar otra, hay que ver las piruetas que son capaces de hacer los hombres y mujeres en este campo de la sabiduría humana, mal que mal, hasta que llegue la moda siguiente son (somos) la aristocracia del pensamiento. Todos son inteligentes. Y yo no lo soy menos.

Pueden acusarme de no conocer los nombres ni las cifras de que se compone el idioma de la sociología. Esto les respondo: sé cómo funcionan. Podría armar mi discurso, defender mi posición y atacar otra. Una carrera profesional es un conjunto de reglas no tan diferentes de las de cualquier juego de salón, después de todo. O sea que soy sociólogo. Pero hablar de este tema de la forma en que lo hago me convierte además en otra cosa.

Quienes estudiaron sociología (era que no) simulan no tomar en serio esta aseveración. Los periodistas tampoco parecían hacerlo cuando los llamaba colegas, y resulta que ahora soy uno de ellos.

Al final compañeros, lo importante es el lenguaje.

PD 1: La tesis sobre los lanzamientos de poemas partía de una emoción estética. Por el hecho de que estaba bien escrita y porque las chicas que la presentaban trataban de racionalizar lo irracional, les tengo fe. Te tengo fe Julieta.

PD 2: Me puse a contar la cantidad de sociólogos que conozco. Es raro pero tengo más amigos sociólogos que periodistas, partiendo por mi partner el negro Prieto.

PD 3: Las mujeres sobre todo, deberían cuidarse de estudiar esta carrera. Algunas sociólogas son muy simpáticas, otras no tanto. Esto, porque la sociología tiene el efecto de hacerle creer a la persona que la estudia, que accede con ello a algo parecido a la sabiduría. Desde la sociología, la pedantería femenina es más agresiva que desde las ciencias exactas. Por creerse en un medio hostil dominado por hombres, la mitad de las mujeres sociólogas levanta barricadas bajo cualquier pretexto. Chuchas me estoy metiendo en camisa de once varas, mejor termino aquí mismo este posteo.

7 comentarios:

crisis dijo...

hay un documental sobre pierre bourdieu (si fueras del club no necesetaría explicar quién es ése franchute) que se titula "la sociología es un deporte de combate". siempre he pensado filmar la respuesta a esa peli con una comedia que se titule "la sociología es un juego de salón". ¿sincronía, cita, telequinesis o plagio?

Malayo dijo...

Me habías contado esa idea en una conversación que tuvimos hace tiempo sobre este mismo tema. Te ayudo en lo que sea.

Anónimo dijo...

Estimado malayo,

...pero qué fome tu posteo! es la primera vez que te leemos y no encontramos novedad en lo que escribes.

Tu reflexión sobre el lenguaje: sin novedad,
Tu reflexión sobre las mujeres-sociólogas: sin novedad
Tu reflexión sobre la capacidad que tiene cualquiera de ser sociólogo: sin novedad!

De todas formas nos gusta tu forma abierta y sincera de mostrar tus debilidades y fantasías, porque aunque no lo creas, va sumando puntos a quien hemos bautizado el bloguero "RR" (rucio-rico)

Con cariño,

Nosotras tres:

La socióloga, la historiadora, la psicóloga.

Anónimo dijo...

Oye malayo-RR,
por lo que leo arriba, lo tenías todo fríamente calculado!!

Incluso a mí que soy kinesióloga me dieron ganas de conocerte ( y quiero asegurarte, que yo no "trato de racionalizar lo irracional")

Se despide con más cariño que las de arriba, o al menos...con más ilusiones


La kinesióloga.

Malayo dijo...

Ojalá no me haya puesto repetitivo en cuanto a las nociones sobre lenguaje; uno siempre se repite un poco. Trataré de dar una vuelta entera antes de volver sobre el tema, para así describir espirales (no círculos).

nadie dijo...

saber cómo funcionan los lenguajes (en algunos casos extremada y sobractuadamente crípticos) de las diversas disciplinas, abre un no sé qué, que hace creer que se puede entrar a ese mundo de manera fácil. Sin embargo, creo, la cantidad de dogmas de fé que componen a las ciencias y en especial a las ciencias sociales, hacen que todo el esfuerzo se vuelva vano. Entonces, uno descubre que en efecto, se puede estructurar un discurso, defender una posición y atacar otra, pero para el dogma, para eso hay que tener fe.
Y sí, claro, una discplina opera como un conjunto de reglas no tan diferentes de las de cualquier juego.
Yo iría más lejos haciendo la pregunta contraria, ¿qué de lo que conocemos como conocimiento y/o práctica organizada no opera como un juego?. A mí eso de verdad me pone de buen humor: sentido, estética y juego.

nadie dijo...
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