El mejor favor que podemos ofrecerle a la candidatura de Bachelet es ser buenos en lo que hacemos. En mi caso decidí cumplir con mis compromisos. Siguiendo con esta lógica, si bien me ausenté en las actividades de proselitismo por falta de tiempo, no dejé de emprender pequeñas y eficaces acciones para influir en el electorado en favor de Bachelet.
Estos ejemplos lo ilustran:
En el portal donde trabajo publicamos un artículo sobre los aspectos técnicos de un debate. En la foto de la portada debía ir una imagen alusiva. Con mi compañera de oficina nos tomamos una fotografía donde simulamos una discusión. En la imagen yo, siendo más alto que mi contendora, tenía los brazos más abajo, en señal de derrota. Ella en cambio aparecía en una posición firme, mirándome directo a los ojos con autoridad, como si estuviera dándome una lección.
En un artículo sobre la actividad física en las escuelas, pregunté a Érika Olivera si había diferencias entre hombres y mujeres en la práctica del atletismo. La campeona me dio la cuña perfecta: las niñas son más fuertes que los niños durante la actividad física, en el aspecto mental: "son más jugadas, no son tan lloronas, con los varones cuesta más". Excelente.
Además, cada vez que debía incluir fotografías en mis artículos, privilegiaba la presencia femenina, de modo que los lectores fueran formándose una idea proclive al ascenso de una mujer a lugares de gran responsabilidad y prestigio.
1 comentario:
Yo he sido más directa: junto con los porteros de mi edificio sacamos a diario de mi calle todos los afiches pro Piñera. También tengo pegadas varias fotos de Bachelet en las ventanas del auto.
Tremendo cierre de campaña ayer. No se vio ni se escuchó nada, pero no le importó a nadie. Lo que valía era estar ahí.
Publicar un comentario