La Habana 1990
Acostumbraba frecuentar los edificios donde alojaban las muchachas venidas a la capital a cursar estudios de psicología, con la esperanza de 'obtener sus favores' (qué expresión tan arcaica). No siempre me fue bien, en realidad casi nunca; pero hubo un breve lapso de tiempo en que tomé mi fortuna por asalto. De uno de esos agradables días data la escena que ahora recuerdo: ella mareada por dos copas de más, y mareándome a mí con una inesperada disertación lacaniana. No sé a quién trataba de impresionar.
Sabía que no conviene parecer ansioso en estos lances, así que fingía interesarme y la dejaba hablar a gusto. Bien, la escena termina cuando cedo al empuje de los últimos destellos de mi impetuosa adolescencia y la interrumpo para decirle que su majamama lacaniana era excelente pero que yo había venido por sexo. Miren ustedes si la vida es rara, ella se calló... y tomé mi fortuna por asalto; y mientras regresaba a casa, la mañana siguiente, me decía a mí mismo qué interesante esto / la psicología / tantas ideas / tantos nombres ilustres.
2 comentarios:
¿citas a tu socio méndez, no? ¿qué te trae a la memoria esos acontecimientos habaneros?
En efecto, es una cita de Antología Precipitada, primer y único libro de Adán Méndez. Tiene como 3 inéditos.
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