lunes, enero 28, 2008

548. balseros: una odisea moderna

Contaré cómo dos ex vecinos de mi barrio en La Habana llegaron a los EEUU en 1994, 5, no sabría precisar el año, fue cuando el gobierno de la isla anunció que sus guardacostas no impedirían la salida de embarcaciones hacia USA y el Caribe se llenó de balseros, y el estómago de los tiburones también.

No éramos grandes amigos pero nos ubicábamos mutua y perfectamente y nos saludábamos en la calle. Vivían, si no recuerdo mal, a unas 6 cuadras de mi casa, en el edificio contiguo al de un famoso barbero con el que mis amigos y yo nos cortábamos siempre el pelo, porque todos los demás te dejaban como si hubieras puesto una gillette en la almohada.

Fueron de los primeros en hacerse al mar cuando se supo que las autoridades habían dado chipe libre. Por la premura no iban 100% preparados, eran dos hermanos y sus mujeres, 4 personas en total, en una embarcación de plumavid.

Remaron durante tres días con sus noches sin dormir ni moverse de sus asientos. Hasta cagaban en el mismo lugar, porque el mar estaba muy bravo y al menor descuido podían irse a pique. Olas del tamaño de edificios los meneaban como a pequeñas cáscaras de nuez; las mujeres les iban indicando hacia qué lado remar todo el tiempo para evitar ser tragados por una columna de agua. Dicen haber visto unos tres tiburones, pero en esas circunstancias era lo que menos les preocupaba.

Al tercer día se toparon con otro pequeño barco de balseros. Tanta miseria humana que ve uno a diario en la calle, para ir a encontrar la solidaridad en mitad del océano. El otro grupo se les acercó para convidarles provisiones; estaban mucho mejor preparados, tenían brújula, hasta sabían interpretar la posición de las estrellas, capaz que ni siquiera fueran personas. Les dijeron exactamente cuánto les faltaba para llegar y les pusieron inyecciones de dextrosa, lo que les dio un pic de energía, pero sobre todo un poco de ánimo para no desfallecer.

Siguieron remando dos días más, cuando estaban a 20 millas de Miami fueron encontrados por los guardacostas gringos. Recibieron atención médica, alimentos y fueron conducidos a la base naval de Guantánamo, donde varios miles de compatriotas les harían compañía. Durmieron dos días seguidos. La base no estaba preparada para recibir a tanta gente, por lo que los alimentos y la ropa empezaron a escasear. Entonces hicieron lo que nunca, en toda una vida de privaciones y restricciones habían hecho: protestar. Hasta huelgas de hambre hubo. No era posible que a unos les dieran más ropa que a otros.

La situación se arregló, muy pronto empezó a sobrar la comida. Pasaban el día echados, cuando llegaron a los EEUU estaban obesos. Durante un año recibieron un sueldo de ayuda. Los EEUU niegan visa a los cubanos por aire, pero acogen a los que llegan de balseros, con lo que fomentan los viajes ilegales. Aunque capaz que si dieran visa no queda nadie en Cuba, anda a saber.

Edwin y su hermano (son los protagonistas) son hoy dos gorditos dueños de una empresa de comercialización de marcos de lentes. Para mí eso es lo más raro de esta historia.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

puede ser una suerte de sincronía... anoche soñé que visitaba a una amiga en una casa a orillas del mar, de pronto estallaba una tormenta que hizo desprender la casa de la costa, llevándonos mar adentro... el fuerte viento y unas olas gigantes nos golpeaban... recuerdo haber tenido la sensación de estar completamente a la deriva.

claro, no fue una pesadilla, sólo un sueño, ni siquiera imaginé el miedo a los tiburones, pero rescato esa sensación de la historia que escribiste, y prefiero evitar juicios políticos.

... dejo este poema, no es una gran poema, pero viene al caso:


Mar adentro,
mar adentro.

Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.

El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

la vieja de al lado dijo...

A mi me pasa como el hijo del capitán trueno:

Veo el océano y no sé
Tan increíblemente grande y tan inmenso
Tan respetable que no navegaré
No navegaré, no lo navegaré

Anónimo dijo...

Corrijo: A mí me pasa como al hijo del Capitán Trueno.

la Vieja de al lado

Anónimo dijo...

... dejo este poema, es una gran poema:


Alta Poesía

A veces quemo la vela por ambos cabos
A veces quemo el aceite de la medianoche
y hurgo en libros como con herramientas,
contundentes herramientas. Golpean:
"ábreme, samaritano, tengo a mi hija en el hospital
y necesito monedas para el microbús"
¿Cómo saber si dicen la verdad?: Se cacha al tiro
y creo no equivocarme en estos casos:
con alguna herramienta contundente
como por ejemplo una pala de jardín
-cualquier herramienta es un arma
si se la empuña adecuadamente-
permanezco alerta a palabras y sonidos
de la calle, a la vez que del libro
o mi boceto, garabatos; me detengo
en una palabra, creo asirla, y esta vez
siento que forcejean con ganzúa. Los espero
con una contundente herramienta de jardín
en una mano. Con la otra leo "oda a un ruiseñor

g

Anónimo dijo...

... dejo este poema, es una gran poema:


Alta Poesía

A veces quemo la vela por ambos cabos
A veces quemo el aceite de la medianoche
y hurgo en libros como con herramientas,
contundentes herramientas. Golpean:
"ábreme, samaritano, tengo a mi hija en el hospital
y necesito monedas para el microbús"
¿Cómo saber si dicen la verdad?: Se cacha al tiro
y creo no equivocarme en estos casos:
con alguna herramienta contundente
como por ejemplo una pala de jardín
-cualquier herramienta es un arma
si se la empuña adecuadamente-
permanezco alerta a palabras y sonidos
de la calle, a la vez que del libro
o mi boceto, garabatos; me detengo
en una palabra, creo asirla, y esta vez
siento que forcejean con ganzúa. Los espero
con una contundente herramienta de jardín
en una mano. Con la otra leo "oda a un ruiseñor

g

Anónimo dijo...

"A veces quemo la vela por ambos cabos
A veces quemo el aceite de la medianoche
y hurgo en libros como con herramientas,
contundentes herramientas."

esto significa que el poeta se estaba haciendo una paja

Anónimo dijo...

jaaa

Anónimo dijo...

"siento que forcejean con ganzúa. Los espero
con una contundente herramienta de jardín"

esto significa que el poeta está siendo sodomizado

Anónimo dijo...

las peores pedadillas son las que se viven estando despiertos


al interpretador anterior le falta un tornillo o pretende despistar a alguien....... mmmmmmmmm...

Anónimo dijo...

pedadillas = pesadillas

Anónimo dijo...

pesadilla = lalo padilla?

Anónimo dijo...

lalo padilla = freddy krueger?

Anónimo dijo...

freddy krueger = ........?

póngale nombre:

Anónimo dijo...

también lo siento.........

Anónimo dijo...

Freddy Krueger = Jason Voorhees

Anónimo dijo...

buaaaaaaa........... me cargan las películas de terror pero más me carga cuando se hacen los suecos.......

vas a salir ahora con que es la madre de Jason Voorhees?

Anónimo dijo...

Sitael = ......?



felices sueños..........