/ De El Libro de los tiburones (Editorial Cachiyuyo, 1995)
Anteayer me encontré un caramelo en el Parque
Forestal. Lo recogí por curioso, en realidad
no me gustan los dulces. Para mi sorpresa, en
el papel en que venía envuelto estaba escrito
mi nombre, y el siguiente mensaje:
"Morirás en Singapur, como un perro".
5 comentarios:
Malayo
encontré a tu amigo Salinas cantando en youtube
www.youtube.com/watch?v=oJ8f5NXtgpk&feature=related
Como un perro en leba...
Como un perro en leba...
Morirse en Singapur como un perro no me suena tan mal... Tiene uno de los PIB per capita más altos del mundo, lo malo sería morir como un perro en Sierra Leona, el país más pobre según el PIB. Por consecuencia, ahí sí que los perritos sí que tienen una vida de perros y una muerte de basurero.
Lo escuché un atardecer de abril en un bar. Nunca se me olvidó la última frase. Es una de las pocas cosas que recuerdo de aquella ocasión.
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