miércoles, mayo 21, 2008

641. libertad para elena varela


3 comentarios:

Anónimo dijo...

El poema que va recogiendo fruta por el camino, como un carro de supermercado. Incorporar. Una improvisación jazzística, una jam. Mira, esto tiene que ver con el hecho de que un poema de pocos versos, como una foto bien hecha, como esas exquisiteces objetivistas, es sólo un verso de un poema más largo. Si fuiste al gimnasio, que es el taller donde se podaba todo lo “superfluo” o “sobrante” o “que no aporta al poema” como rezaban todas esas supersticiones y supercherías para que finalmente quedara una cagadita nítida, mezcla extraña entre un pseudo haikú y un poema objetivista, si fuiste a ese gimnasio, lo que por supuesto sirve (el ahorro, la continencia y todo ese kinder), te das cuenta que ese “poema” es sólo un verso de un poema más largo, los poemas extensos y libres, la escritura con las manos libres. Y finalmente, ese poema extenso lo escribimos entre todos como dice Rojas, por eso tengo una concepción más inclusiva que exclusiva de la poesía A mi me gusta el fárrago, la charlatanería, la palabra. El siseo del vinilo: sssssjjjjjjjjjjjjjjj, el oleaje del discurso, el poodle que le ladra a ese oleaje, el griterío de los bañistas ante las olas. Es decir, no creo en la palabra única, dicha por un sabio. Quizá eso es porque mi perspectiva no llega más lejos de una semana: el punk no muere. Pensaba también en ciertas frases que me repetía a mí mismo, que saboreaba, ciertas frases poéticas, como Socorro Andino, Santiago Morning, La Aurora de Chile. Tienen eco, parecen poemas o títulos. En una entrevista con Pierre Cabanne, Duchamp habla de la importancia de los títulos.

Anónimo dijo...

El obseso debe ser uno solo, dos como mucho. Y hace copy paste por miedo a sus lapsus. Que vuelvan las minas.

Anónimo dijo...

hoy día estaba con unos amigos y vi una lata de cerveza flotando en un canal. Me gustó mucho eso: una lata de cerveza flotando en un canal. Intenté extenderme pero no resultó; talvez ése fue el problema, que yo quise extenderme pero era sólo eso, ni más ni menos, una lata de cerveza flotando en un canal. Alguien podría pensar en la contaminación o en la desolación de ver ese cadaverito a la deriva, no sé, o en nada. Es verdad que a veces no se necesitan los diez años de Chuang-Tzu para dibujar el cangrejo, pero también es cierto que a veces ni diez años bastan. No hay regla tampoco en eso. Aunque sí, en Chile somos muy culposos, talvez por eso nos peleamos tanto también. El rollo es que cuando se lee sin siquiera un pichintún de apertura al otro, cargado con una enorme desconfianza agresiva previa, es bien difícil que germine algo. Entonces, los que hacemos poesía nos leemos entre nosotros, pero cómo. Esa alegría de la que tú hablas está también en los que escriben poesía con mayúscula, en los que hacen ruidos bucales, en los que piensan que el 15O % es transpiración y pulido, en los que aman la métrica, en los que dicen que hay que escribir desde el resentimiento... y así. La poesía la hacemos entre todos, lo decía también Lautréamont. Y a menudo los que no escriben son los que más la hacen, no creen?

En relación a la entrada, Julio, qué más decir. Sólo espero que liberen a Elena y devuelvan ya el material original, no un "clon". El Estado chileno y muchos chilenos parecen no querer creer que el pueblo mapuche existe y sus reivindicaciones van en serio. El nacionalismo es una mierda en expansión, el racismo hacia peruanos y bolivianos es otro ejemplo...