Sentimientos encontrados me embargan al leer sobre la suerte del cabo Crispín Reyes, quien al ver que el corneta Cabrales había sucumbido, tomó el instrumento y siguió tocando "al ataque", hasta que una granada le voló la cabeza. (Está en el sitio de La Armada de Chile).
La primera vez que lo leí me dio un ataque de risa. Me parece una actitud heroica, eso no está en discusión. Pero es muy gracioso que le vuelen la cabeza a alguien por tocar la corneta. Vaya un saludo al cabo Crispín, donde quiera que esté.
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